Spanish Short Stories Beginner Vol 2 : Story 3
CUANDO EL DOCTOR SE ENFERMA.
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El Doctor Hernán es médico, tiene 55 años, y 20 de experiencia como doctor. Vive en una ciudad con una población muy grande y en estas ciudades grandes los virus se propagan muy rápido. La temporada de lluvia trae muchas alergias y enfermedades virales, y el doctor lo sabe muy bien.
En la primera semana de invierno atendió a un pacienteadulto, un abuelo con los siguientes síntomas: fiebre,enrojecimiento de la cara, dolores de cuerpo y fatiga. El diagnóstico fue gripe.
El doctor sabe que la gripe no tiene un tratamiento real, y lo único que puede hacer es darle al paciente un tratamiento para el alivio de los síntomas. Los principales medicamentos utilizados son los analgésicos y antipiréticos, que alivian el dolor y la fiebre.
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Durante la segunda semana de invierno el doctor vio a otro paciente, esta vez una niña de 11 años llamada Anita que tenía síntomas depulmonía/neumonía. El doctor Hernán sabe por qué esta enfermedad ataca: las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.
Pero gracias a que la paciente era joven tuvo una recuperación total después de un tratamiento de unas semanas. Ahora está muysana y procura no estar bajo la lluvia sin un paraguas o un abrigo.
Y así durante dos meses, muchos pacientes llegaban al hospital con fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolor muscular y muchos otros síntomas.
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De pronto, algo muy extraño ocurrió. Pasaron dos días y muchos pacientes nuevos llegaban, pero nadie veía al doctor. Algunos pensaron que se había ido de vacaciones, otros que había cambiado de trabajo y los más inteligentes decidieron preguntar qué sucedía.
Eran tantas las personas que se habían encariñado con el doctor que laenfermera estaba feliz de repetir una y otra vez que el doctor estaba con gripe.
—¿Podemos ir a verle a su casa?—preguntó el abuelo, que había vuelto por su chequeo médico.
—¿Está solo?—preguntó Nico con su balón en las manos a uno de los médicos que estaban atendiendo a los pacientes del doctor Hernán. Nico había tenidofiebre alta y el doctor Hernán lo había curado, y además le había dado una piruleta.
—¿Quién le hace la comida?—preguntó otro paciente.
—¿Tiene a alguien que le lea cuentos?—Preguntó alguien más.
—¿Cuántas faltas tiene en el hospital?—Preguntó una maestra, bromeando—¿Quién le hará un justificante?
—Bueno, bueno, demasiadas preguntas para una sola enfermera. Os daré la dirección para que lo averigüéis vosotros solos.
Y así fue que, dirección en mano, el abuelo y la maestra fueron a la casa del doctor. En el camino se unió también la enfermera, pues tenía que llevarle informes de las visitas médicas que se habían atendido en su ausencia.
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- Bueno, nosotros nos adelantaremos, vosotros ya sabéis lo que tenéis que hacer -dijo la maestra. Los otros pacientes se habían puesto de acuerdo para llevarle sopa más tarde.
Tocaron el timbre y el doctor tardó en atender. Tocaron de nuevo, y tras escuchar cuatro “achís” seguidos, la puerta se abrió.
Una señora, muy pálida y débil, los miró con sorpresa. «¿Qué hacen aquí?» preguntó.
—¿Está el doctor? —Preguntó la enfermera—Vengo a dejarle unas cosas.
La mujer les dejó pasar a su casa, explicándoles que ella era la esposa del doctor Hernán y que se llamaba Teresa. Les contó que ella también era doctora pero en otro hospital, a las afueras de la gran ciudad, y que allí también había una epidemia de gripe, dengue y fiebres altas debido a que había demasiadosmosquitos ymoscas en el campo, y que las lluvias lo único que hacían era darles elentorno ideal para reproducirse.
Entonces les explicó como ella y el doctor habían ido a las afueras de la ciudad el jueves por la noche. Habían caminado por una zona declarada en estado de emergencia, por tratarse de un lugar infectado con personas con muchos cuadros de enfermedades diferentes, y como ambos son médicos decidieron ir a ayudar a la gente más necesitada, sin cobrarles por las consultas. Allí se encontraron a otros amigos doctores de Médicos Sin Fronteras, la Cruz Roja.
Teresa les contó como a ella le había picado un mosquito, y que su esposo había pasado toda la noche bajo la lluvia yendo de casa en casa atendiendo a todos los enfermos. A los pocos días ambos estaban muy enfermos, ella tenía dengue y él tenía una gripe muy fuerte.
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En ese momento el Doctor Hernán, al escuchar todo el ruido de la sala, salió de su cuarto a ver qué pasaba.
El doctor no tenía buen aspecto, lucía más despeinado que nunca, tenía los ojos llorosos y la nariz muy colorada.
La sorpresa fue enorme. El doctor nunca esperó que tantas personas estuviesen allí en su casa, preocupadas por su salud.
—Disculpe doctor—dijo la enfermera—, todos hacían demasiadas preguntas y yo no tenía las respuestas, les dije que sólo tenía una gripe, ¡pero menudo bullicio que armaron en el hospital! Además, tenía que traerle lo que me pidió antes de tomarse unos días de merecido descanso para recuperarse.
El doctor se apresuró a decirle a la enfermera que no importaba, que no se preocupase.
Invitó a todos a pasar la tarde. El abuelo se sentó a conversar con el doctor que no dejaba de estornudar.
Erareconfortante para el doctor tener compañía. Él y su esposa habían estado solos desde que enfermaron. Conscientes de que la enfermedad de su esposa no era contagiosa y que él solo debía no estornudarle encima a ninguno de sus visitantes, se sentía agusto por poder conversar mientras se sonaba la nariz, y dejó que su enfermera y los pacientes le contaran como iba todo en el hospital desde su ausencia.
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Al rato, el timbre volvió a sonar.
Uno a uno, entraron los pacientes para cuidar a quien primero había cuidado de ellos. Uno traía una sopa casera y tibia que había aprendido a hacer de su madre, además de un plato y una cuchara. Se la iba dando despacio al doctor entre estornudo y estornudo.
Anita traía un libro de cuentos. Se sentó al lado de la cama y comenzó a leer una de las historias que el doctor le había regalado y que era la que más le gustaba. El abuelo también escuchaba atentamente y la enfermera repetía algún que otro párrafo por si alguno no lo había escuchado bien.
La maestra llevó juegos de mesa para que el doctor no se aburriese. La tarde pasó muy rápido para el doctor y cuando todos se fueron, se sentía mucho mejor.
Se sentía feliz, no había fallado como doctor, había tenido un sueño y lo había hecho realidad: curar a todos sus pacientes.
Todos en la ciudad habían aprendido que, si bien las inyecciones, los quirófanos y los tratamientos son necesarios en muchas ocasiones, hay un remedio mucho más poderoso que cualquier otro, y que no es ni más ni menos que el amor.
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RESUMEN:
El Doctor Hernán es médico en una gran ciudad. Durante el invierno, mucha gente acude enferma a su consulta. Un día, él mismo enferma y los pacientes acuden a su casa para ver cómo está.
SUMMARY:
Doctor Hernán works as a doctor in a big city. During winter, a lot ofill people go to his office. One day, he gets sick and all his patients visit him at his house to see how he is feeling.